Hace ya muchos años, más de 50, empezó esta empresa la actividad en Granada. Al principio no se entendía muy bien, más bien no existía, la necesidad de instalar una puerta automática. Todo era mucho más manual que ahora, y una puerta automática era un artículo de lujo solo para privilegiados. Con el paso del tiempo, poco a poco, se empezaron a instalar y la gente empezó a darse cuenta de la comodidad que ofrecían, y la seguridad que aportaban a sus casas, comercios, industrias, etc..
Por centrarme en lo que nos concierne en este blog, nuestra experiencia con las comunidades de propietarios tuvo también unos inicios. Todo empezó con mucho esfuerzo por parte del fundador de la empresa, D. Alberto Rodríguez Moreno, por hacer ver a los constructores del momento en Granada, y ante la necesidad creciente de plazas de aparcamiento para vehículos, la gran ventaja que suponía instalar en sus obras una puerta automática de garaje.
Al principio, todo eran inconvenientes ante la novedad del producto, bien porque el precio era muy elevado (en aquellos tiempos eran bastante caras al no existir demanda), bien porque decían que era un gasto que podían afrontar después los vecinos, y sobre todo por miedo… miedo a lo desconocido. Hoy en día no se concibe una puerta de garaje, no solo en los edificios de viviendas, sino casi en cualquier tipo de edificación, que no sea de apertura automática.
Pues bien, poco a poco se empezaron a instalar y se fue creando la base de lo que hoy en día tenemos, un gran parque de puertas instaladas en comunidades de vecinos, no solo ya en Granada sino en toda Andalucía Oriental. Al principio no existían normas de seguridad ni reglamentos que afectaran al funcionamiento de las puertas, lo más importante era instalar motores y puertas muy robustas que no fallaran, sin tener en cuenta que pudieran ser causa de algún accidente. Tampoco existía el mantenimiento como concepto, las puertas se averiaban y se arreglaban, pero no se mantenían. Cuánto ha cambiado el mercado…
No fue hasta bien entrados los años 90 cuando empezamos a ver en nuestra empresa y, ante el aumento considerable de instalaciones, la necesidad de “mantener” esas puertas para intentar reducir al mínimo las averías. Empezamos por atender solo a las puertas instaladas por nosotros, de las que teníamos recambios siempre en stock y conocíamos perfectamente su funcionamiento, y poco a poco fuimos también extendiendo el servicio a otras instalaciones por petición de nuestros clientes, que en muchos casos se encontraban con puertas que se averiaban y nadie las atendía. Esto empezó a cambiar algo en el funcionamiento de la empresa, cambios que serían mucho más drásticos en los años siguientes.
Ya en los primeros años de este siglo y coincidiendo prácticamente con la llegada a la empresa de la 2ª generación, empieza a sonar la publicación por parte del Ministerio de Industria de unas normativas que van a ser de obligado cumplimiento para las puertas automáticas. En el año 2005 se concreta esta primera norma, lo que hoy en día todos conocemos como el marcado CE. Si bien hasta esa fecha, el objetivo siempre ha sido que nuestras puertas sean lo más fiables posibles, a partir del marcado CE ya no solo tienen que ser fiables sino además tienen que ser SEGURAS.
Desde ese momento nos ponemos en marcha y tenemos que reciclarnos todo el personal de la empresa para adecuarnos a esta normativa. En una comunidad de propietarios, donde se producen tantas maniobras al cabo del día, nuestra principal preocupación es explicar y hacer ver a los responsables de la comunidad, presidente y/o administrador, la necesidad de que la puerta cumpla con la normativa. La comunidad de propietarios, sin dejar de lado otros mercados, se convierte en la base de nuestra actividad. Hay mucho trabajo por hacer, muchas puertas que actualizar y homologar (la puerta se convierte en una máquina y, como tal, tiene que cumplir una serie de reglamentos), para conseguir el objetivo que persigue la norma, y es que la puertas sean FIABLES y SEGURAS.
Llegamos hasta nuestros días, y han cambiado muchas cosas. El centrarnos en las comunidades nos ha obligado a muchos cambios, sobre todo, a tener todos claro que estamos al servicio de las mismas y a intentar siempre que los problemas que surjan se solucionen a la mayor brevedad. Hemos tenido que cambiar nuestro programa informático, aumentar nuestro stock de repuestos para que la atención sea inmediata, hemos tenido que modificar nuestro ritmo de trabajo pues se trata de un cliente siempre muy exigente, hemos tenido que ampliar la plantilla de técnicos y oficinas ya que la gestión se multiplica, crear un servicio de atención 24H, crear un sistema de envío y recepción automático de averías, etc..
Todos estos cambios nos han hecho crecer como empresa y, a la vez y casi sin darnos cuenta, ha crecido también en cada uno de nosotros el grado de implicación con la misma. Asumimos el reto y nos motiva, la comunidad de propietarios es un pilar en nuestra empresa, y nos debemos a ellas.