Hace unos días, estaba en la exposición de un concesionario de vehículos esperando que llegase el dueño, con el que tenía que ver unas puertas. Con uno de los comerciales del concesionario había una familia, que les estaba explicando las bondades y características de uno de los modelos de coche.
En un momento, el cliente se queda parado y, algo desairado, le dice al comercial:
«-Lleva usted hablándome ya unos minutos del vehículo pero todavía no me ha comentado nada acerca de la seguridad del vehículo… Porque a mi me parece muy bien que tenga muchos extras, pero para mi lo más importante es la seguridad ya que dentro va a viajar lo que más quiero» y en ese momento señaló a sus dos hijos, que andaban correteando por la exposición.
En ese momento me quedé un poco parado, ya me pareció bastante importante la afirmación que el señor hacía. Y a la vez… me pregunté: ¿Dará este señor la misma importancia a la seguridad de todos los elementos de su casa? Lo digo porque muchas veces nos preocupamos bastante por lo obvio, pero descuidamos aspectos muy importantes de nuestra seguridad y de la de nuestros seres más queridos…
LAS PUERTAS AUTOMÁTICAS Y LA SEGURIDAD
¿En qué consiste la normativa de las puertas automáticas? Muy sencillo: hace que dichas puertas SEAN SEGURAS. O lo que es lo mismo: MINIMIZA EL RIESGO DE QUE LAS PUERTAS PUEDAN PRODUCIR UN ACCIDENTE.
Las puertas automáticas tienen, como la gran mayoría de elementos que forman parte de nuestra vida cotidiana, su propia normativa: se trata de una legislación que muchos usuarios (y lo que es peor, muchos profesionales del sector), desconocen.
Dicho desconocimiento puede provocar que tengamos una puerta de garaje que pueda causar daños a nuestros coches, a nuestros seres queridos o a nosotros mismos.
Quizás ahora entiendas mejor mi reflexión en el concesionario de vehículos: tenemos coches muy seguros, pero puede que nuestras puertas no lo sean. Es más: ¿Qué pensarías si en el concesionario pretendieran venderte un coche sin cinturones de seguridad, sin airbags, etcétera?
Dicho lo anterior, puede que te plantees tres cuestiones:
1) ¿De verdad que las puertas de garaje pueden provocar accidentes graves? O lo que es lo mismo…
Alberto, ¿no estás siendo muy exagerado?
2) ¿En qué consiste dicha normativa?
3)¿Cómo puedo saber si mi puerta es segura? ¿Cómo puedo saber si mi puerta (o la de mi comunidad de vecinos) cumple la normativa?
A la primera pregunta te respondo ahora mismo. A continuación tienes notas de prensa y un vídeo en las que se reflejan diferentes accidentes que han ocurrido (el segundo y el tercero han ocurrido en Granada):
Reconozco que es desagradable, pero es real y posible que una puerta NO SEGURA (que no cumple la normativa) produzca accidentes.
¿Y la respuesta a la segunda y la tercera pregunta? Te la resuelvo en otro artículo 😉 Continuará…